Nuestra pequeña
Ivonne alrededor de los dos años empezó a comportarse de manera que podríamos
llamar antisocial, ella rehuía las reuniones con personas adultas, aún lo
hace, se esconde en algún rincón y por
más que tratamos de enseñarle a compartir casi siempre esto termina en un gran
llanto o berrinche y hemos logrado pocas mejoras. Le encanta jugar con niños
aunque en ese entonces se acercaba y en lugar de tocarlos los empujaba, eso ya
no lo hace; dejó de masticar alimentos, escupe todo lo que le tratamos de hacerle probar
excepto el pastel y sus biberones. Duerme poco y es muy muy inquieta, se
trepa a todo lo que puede, uno de sus lugares favoritos es la ventana; Disfruta
dar vueltas de todas las formas que logra inventar y dejó de utilizar las 25 o 30 palabras que ya
sabía.
Recibía sus
terapias de manera normal y la profesional que la atendía no supo identificar estas señales, se pensó en un “retroceso” que pronto superaría. Pasaron un par de años sin que nos pudieran
dar un diagnóstico, solo nos decían que tuviéramos paciencia: “ellos tienen su tiempo
y lo harán entonces” escuché esa frase un par de veces de diferentes personas.
Actualmente fue
diagnosticada con un Trastorno del
Procesamiento Sensorial, me gusta más el nombre Desorden del Procesamiento Sensorial, he aprendido que los síntomas
varían de un individuo a otro, o sea, que no se manifiesta igual en todos. El
cerebro mal interpreta unos estímulos y con otros trabaja perfectamente, que
algunos padecen lo mismo pero de manera más leve o más severa, que en casi
todos los casos esta condición es acompañada de ansiedad, por lo que Ivonne
corre mucho para todos lados sin destino fijo, otros niños
lloran mucho sin causa aparente, o están tristes o mal humorados. En el caso de
Ivonne sus áreas más afectadas son el oído y el gusto, un poco el tacto.
El tema es larguísimo
e iré compartiendo algunas de las cosas que aprenda, como les comenté es
diferente en cada individuo. Es importante aclarar que esta condición se da en
cualquier persona, NO es necesariamente
asociada a ningún síndrome, patología, ni retraso mental, aunque sucede que
acompaña en algunos casos como es el nuestro y más común en el Espectro
Autista. El Trastorno del Procesamiento Sensorial es frecuentemente la causa de problemas de aprendizaje y
conducta.
La gráfica que
comparto a continuación es muy utilizada para ilustrar muchos de los síntomas
de este desorden:
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